viernes, 18 de mayo de 2012

"ERES TU MI PRÍNCIPE AZUL"


"Eres tu, la dulce ilusión que yo soñé. Eres tú, brillando en tus ojos el amor pude ver, sin embargo sé que un sueño es difícil realizar. Mas yo tengo fe en que despertaré y tu me amarás, se hará realidad lo que soñé"...


Cuando pequeños mirábamos extasiados la televisión y allí estaban ellos, esos personajes de brillantes colores enseñándonos como era la vida, como supuestamente era el amor. Qué era lo que debían esperar los hombres y las mujeres de ese ser "ideal".
Sin embargo, considerando que el corazón es traicionero es bueno dar una segunda lectura a esos mensajes sobre el príncipe o princesa que nos haría felices.
El amor romántico no es una varita mágica capaz de transformar la personalidad de un ser humano y que ese cambio sea permanente, para siempre.
La mujer u hombre que piense esto es una persona influenciada por el cine y las novelas, donde eso sí pasa. Se pinta el amor como la solución a la depresión, al funesto pasado, a una familia de origen disfuncional, fracasos de la vida, etc. Es la mentalidad de que "Cuando te cases se te van a quitar todos los problemas".


Sin embargo, es bueno pensar en esto: una persona enamorada es capaz de enriquecer a otro con amor y afecto en la medida que esa persona tenga una autoestima sana y confianza en si mismo. Si la persona enamorada carece de estas herramientas emocionales básicas no podrá a la larga satisfacer al otro porque estas cosas le faltan a si mismo. Es como querer construir una casa y comenzar por el techo en vez de por los cimientos. No tiene mucho sentido.
Las carencias emocionales de la infancia, falencias en la personalidad, baja autoestima, falta de confianza en el otro son cosas a las que hay que darles atención y en algunos casos buscar ayuda profesional.
Una persona con trancas severas puede tener expectativas irreales de que va a venir un hombre (o mujer) maravilloso(a) vestido de traje azul o de hada madrina y que solo "un beso de verdadero amor" romperá el hechizo de la bruja malvada, la maldición del eterno sufrimiento.
Cuando una persona es infeliz con su vida siendo soltero(a) y de pronto aparece una persona y se enamora de ella, la idealiza, cree inconscientemente que ese ser le llena TODOS sus vacíos existenciales. Esa persona fantástica tiene TODAS las virtudes, NINGÚN defecto. A ellos les escuchamos decir:
"Esta persona me hace tan feliz", "Me siento tan bien cuando estoy con el", "Sin el (o ella) no soy nada". 


Cuando una persona idealiza a un otro, se identifica con el (o ella) y se casa en ese estado, a menudo le sacude un duro despertar. El amor que parecía un fuego consumidor, eterno e inextinguible es ahora la mas profunda desolación. Y esta situación no ayuda, solo confunde mas a la persona quien ahora tiene mas razones para creer que los demás tienen la culpa de su desdicha.


Cuando una persona es infeliz siendo soltero, ¿qué garantiza que será feliz estando casado? Si esa persona tiene una visión de la vida negativa, pesimista, sarcástica, quejumbrosa, es hipersensible, critica a todo el mundo... ¿contribuirá con estas características a que su matrimonio sea feliz? 
¿No será mejor empezar por el  principio, construyendo ladrillo a ladrillo la nueva personalidad, una personalidad espiritual, positiva y edificante? Cuando el edificio de nuestra personalidad cristiana está construido, completo, sano,  ahí recién estamos preparados para dar, para hacer feliz a otro. ¿Cómo alguien va a dar algo si no tiene nada que dar? 


Me llamó poderosamente la atención este párrafo del libro "Lo que los jóvenes preguntan" Volumen 1 (edición de 2011), en sus paginas 218 y 219:
"Si no eres feliz de soltero, es muy probable que tampoco lo seas de casado. La felicidad no depende de las circunstancias, sino de la actitud de la persona (Proverbios 15:15 "Todos los días del afligido son malos, pero el que es bueno de corazón, tiene un banquete constantemente").
Los que constantemente se quejan de todo no dejaran de hacerlo al casarse. En vez de concentrarse en lo bueno de su relación, van a fijarse en lo que les falta. Por eso lo mejor es que aprendas a ser positivo mientras estas soltero. Así, cuando te cases, seras capaz de apreciar las cosas buenas de tu matrimonio.
Consejo Bíblico: "Disfruta de lo que tienes en lugar de desear lo que no tienes" (Eclesiastés 6:9, Nueva Traducción Viviente)






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