sábado, 10 de marzo de 2012

"TRANSFORMENSE, REHACIENDO SU MENTE"




“Y llego a los campos y extensos recintos  de la memoria, donde están los tesoros de innumerables imágenes tomadas por los sentidos. Allí también me encuentro conmigo mismo y me acuerdo de mí y de qué hice, dónde, cuándo y de qué modo estaba afectado cuando lo hice […] y de allí viene la capacidad de pensar, construir imágenes del pasado y prever el futuro” (Agustin de Hipona, Confesiones, libro X).

La memoria… ¿qué es? He pensado largamente en ello.
Sigmund Freud, el padre del Psicoanalisis hablaba de “Huella mnémica” al referise a la forma en que los acontecimientos se inscriben en la memoria.  El concepto de huella mnémica implica que la experiencia es capaz de producir cambios y dejar una impronta (o marca) a nivel psíquico. Sin embargo Freud plantea algo mas: esta impronta o huella psíquica no es única ni estable, sino que es dinámica y puede ser transcrita. O sea, puede cambiar. Y justamente esto lo mostró con pruebas el ganador del Premio Nobel de Medicina el año 2000, el Dr. Eric Kandel, quien experimentando con la forma de razonar de una especie de babosa o caracol marino (llamado Aplysia), pudo entender que “era posible modificar un comportamiento simple de Aplysia mediante diversas formas de aprendizaje”.  Y eso que Aplysia tiene un cerebro que posee solo unas 20.000 células, un número pequeño en comparación con los 100.000 millones del cerebro de los humanos.
Kandel impuso la nueva palabra: Neuroplasticidad, capacidad del cerebro de adaptarse a los cambios y actuar de otro modo modificando las rutas que conectan a las neuronas. El cerebro se modela con la actividad que se realiza. Por ejemplo, la Universidad de Londres en estudios del año 2000 comprobó que los taxistas mejoraban cada año el hipocampo, la región que regula la memoria espacial. En 2002 comprobaron en Alemania que los músicos tenían más desarrollada la circunvolución de Heschl (que corresponde al centro cortical de la audición). En 2004 se verificó lo mismo en personas bilingües. La conclusión  es que la actividad  crea neuronas. Los ejercicios físicos preservan la salud cardiovascular, los cognitivos preservan la mental.
Esto me hace meditar en lo siguiente:
Nuestro cerebro es capaz de cambiar físicamente, modificar dendritas y sinapsis, y la forma en que uno reescribe su memoria influye en nuestros actos.  Eso es lo que hace posible que hagamos cambios para llegar a agradar a Jehova. Esto demuestra que no hay excusa para mejorar y ser  personas espirituales, imitando a Jesus.  “Es que yo soy asi, y ya estoy viejo para cambiar”… esa frase con la Neurolplasticidad no tiene sentido. No es valida para Jehová, quien no nos pide cosas imposibles.
“Jehová conoce bien la formación de nosotros” y sabe que podemos imitar la personalidad de Cristo y hacerla nuestra (Salmo 103.14).

Bien dice la Biblia:
“Y sin embargo eso era lo que algunos de ustedes eran. Pero ustedes han sido lavados, pero ustedes han sido santificados, ustedes han sido declarados justos” (1 Corintios 6.9-11).
“Transformense, rehaciendo su mente, para que prueben para ustedes mismos lo que es la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios” (Romanos 12:2).
“Pero ustedes no aprendieron que el Cristo sea así,  si es que, realmente, le oyeron y se les enseñó por medio de él, […] que ustedes deben desechar la vieja personalidad que se conforma a su manera de proceder anterior y que va corrompiéndose conforme a sus deseos engañosos;  pero que deben ser hechos nuevos en la fuerza que impulsa su mente,  y deben vestirse de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad” (Efesios 4:20-24).

*** w93 1/3 pág. 17 párr. 14 “Sigan andando como hijos de la luz” ***
Por lo tanto, ¿cómo podemos hacer nueva esa fuerza para que incline nuestra mente en la dirección correcta? El verbo que se traduce “ser hechos nuevos” en el texto griego está en tiempo presente, indicando una acción continua. De modo que podemos hacer nueva la fuerza impulsora al seguir estudiando la Palabra de verdad de Dios y meditando en su significado. Los científicos dicen que la información se transmite en el cerebro de neurona a neurona en la forma de señales eléctricas o químicas codificadas, cruzando muchas conexiones llamadas sinapsis. El libro The Brain (El cerebro) dice: “Se crea una memoria de algún tipo en la sinapsis neuronal cuando pasa la señal codificada, dejando su impresión individual”. Cuando pasa de nuevo la misma señal, las células nerviosas la reconocen y responden con mayor prontitud. Con el tiempo esto crea en la persona un nuevo modo de pensar. Al recibir regularmente información espiritual sana, formamos un nuevo modo de pensar, y la fuerza que impulsa nuestra mente se va haciendo nueva. (Filipenses 4:8.)