lunes, 25 de abril de 2011

CÓMO SE ESCRIBE "AGUANTE" EN CHINO

Hoy tuve mucho, mucho que hacer en mi trabajo. Estaba cansada, cada centímetro de mi cuerpo me dolía, me senté en el paradero y pensé que no iba a poder moverme de allí.
También algo atormentaba mi alma y para mitigar un poco la inquietud escuchaba el cántico 63 “Siempre fieles” en coro… lo tengo grabado en varios idiomas. Escucho la armonía, pienso en la letra y es un bálsamo.  Mientras iba en la micro, escuché una conferencia de la Asamblea Internacional que tengo en el celular, una que hablaba sobre el “odre” que tiene Jehová para recoger nuestras lágrimas y el “libro” que tiene para escribirlas. Siempre me emociona recordar los ejemplos que se citan: Ana, que lloraba y no comía; David y sus hombres llorando por una tragedia desatada por los amalequitas; Ezequías suplicando con lágrimas a Jehová que le diera mas años de vida; Pedro llorando por haber negado a Jesús. “Jehová no solo ve las pruebas que afrontamos, sino también el daño emocional que nos causan”, agrega el conferenciante.
Meditaba en eso profundamente cuando llegué al paradero y tuve que bajarme. Al mirar hacia los locales comerciales de Tobalaba, allí estaba Jaime, mi amigo del restaurante chino (su nombre en chino se pronuncia algo así como “Chuang”). Su ventanal tan grande dejaba ver que estaba cenando comida china… solo. Lo saludé con la mano de lejos y el hizo lo mismo. Y seguí caminando, hacía frío y yo también quería llegar a mi casa a comer, pero me devolví porque pensé: “¿Con quien podría hablar él de algo edificante comiendo y viviendo solo?” (Hace un par de años yo estaba predicando en mi territorio y pasé a su restaurante a dejar las revistas solamente, porque el estaba muy ocupado cocinando una carne mongoliana. Le grité: ¡Ni-Hao! y él apagó el wok y fue en silencio hacia mi mientras su pequeño hijo se encaramaba en el mostrador gritando: ¡Ni-Hao! ¡Ni-Hao!). En ese tiempo me contó que él estudiaba la Biblia en chino hacía un tiempo ya y me mostró varias publicaciones en dicho idioma.
Sin embargo, con el tiempo él progresó en su estudio de la Biblia pero su esposa lo dejó y hoy me dijo que lleva meses sin ver a su hijo. Yo le dije: “Pero Jaime, qué pena, lo siento, debes extrañar mucho a tu hijo”.
El me hacía señas de “no” con la mano y me decía: “No importar. No”. Señalando con el dedo hacia el cielo dijo: “Él importa, si Él feliz, Él contento, yo bien”.
Yo no necesitaba saber chino ni siquiera buen español para comprender cuánto ama este hombre a Jehová, más cuando miro el mostrador de su restaurante, allí esta la traducción del Nuevo Mundo en chino, abierta junto al libro “Ven, sé mi seguidor”.  Él también realiza su estudio personal… solo.
Hablamos más cosas edificantes después, pero esta vez quise centrarme en esto. El pronto será nuestro hermano. Ha luchado y vencido grandes obstáculos. Lleva más de 20 años en Chile y el idioma español aun hoy es una pesadilla para él y sin embargo Jehová le hizo un cariño tan grande, lo tomó en sus brazos y le dijo: “Conóceme hijo, en tu propio idioma”, y hay hermanos abnegados en nuestra capital que ya hablan muy bien el chino para poder ayudarle.
El ha perdido oportunidades y seres queridos, pero llega a decirme que no importa, que el gozo de saber que haciendo feliz a Jehová todo lo demás parece pequeño en comparación.

Hace mucho tiempo le pedí a Jaime que me dibujara el concepto para AGUANTE en chino.
Y tomó un papel y un lápiz y escribió esto:



“¿Qué significa esto Jaime? ¿Este dibujo es un todo o se lee por separado?”

Él me explicó que la parte de arriba del dibujo es un cuchillo y lo de abajo es el corazón. El concepto de aguante en chino implica soportar algo profundamente doloroso, como tener un cuchillo clavado en el corazón.

Agradezco a Jehová que me permita saber que muchos de mis hermanos viven con algo así y que me permita tener mi propia espina en la carne pues con toda mi debilidad el poder de Jehová se hace mas evidente y suple lo que me falta.

Cuando veo a Jaime a veces pienso que yo voy a animarlo, pero es al revés. Aunque no lo sabe, él siempre me anima a mí.

1 comentario:

  1. ohhh..genialisimo!! muy bonito.
    es verdad,la pena se hace llevadera cuando uno recuerda que otros también tienen su espina. Jehová es lo que sustenta todo, gracias a él podemos dar un paso al caminar.
    muy bonito, me hizo meditar mucho también :)

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