Si tan solo pudiera pedir el ultimo deseo,
anhelante al ver la vida perdida,
diría que esto es lo que mas quiero:
Cambiar toda esta existencia mía.
Si tan solo pudiera pedirle
a aquel ángel de bondad infinita,
que me diera el alma de una rosa,
savia por sangre, por manos, espinas.
No tendría ojos para contemplar tu belleza,
perderme en tu mirada, disfrutar tu presencia.
No hubiese visto cuando al fin te marchaste...
no tendría lagrimas para llorar tu ausencia.
Solo tendría mis hojas y el polen,
solo tendría mi piel dulce y ácida,
cual pétalos cuajados de rocío,
tendría mis ojos cuajados de lagrimas.
Alejada estaría por siempre de abrazos;
no olvidaré que tus brazos me rodearon.
Solo haría daño al que sin querer me tocara.
Mis espinas alejan al bueno o al malo.
Si tan solo tuviera en vez de pies, raíces,
muy firme sería, sin temer al amor o al viento.
Te has marchado y no podría ya seguirte,
no importa cuanto, cuanto pasara el tiempo.
Si tan solo me recordaras por el perfume
que de mi corazón emanara con dulces recuerdos,
sería muy feliz entonces, cuando tu jardín en primavera
por fin floreciera con el encanto de algún sentimiento.
Si tan solo fueras el Principito que cuido y regó su rosa,
viajo por el universo buscando una respuesta.
Tendría entonces algún sentido mi prosa,
pero no lo eres, y por eso mi esperanza no es cierta.
Necesitaba mas que un globo de cristal, un biombo dorado,
agua en las mañanas y protección de algún cordero,
necesitaba al Príncipe que me ha domesticado
y que hoy se ha ido lejos a un extraño planeta en el universo...
01 de Noviembre 2007
| —El principito se fue nuevamente a ver a las rosas: No sois en absoluto parecidas a mi rosa: no sois nada aún —les dijo—. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como era mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo. —Y las rosas se sintieron bien molestas. —Sois bellas, pero estáis vacías —les dijo todavía—. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa q quien he regado. Puesto que es ella la rosa quien puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté ( salvo dos o tres que se hicieron mariposas ). Puesto que es ella la rosa quien escuché quejarse, o alabarse, o aún, algunas veces, callarse. Puesto que ella es mi rosa.
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